Para eliminar la suciedad se recomienda humedecer un trapo de tela suave con agua y frotar directamente en la zona afectada (microfibra, por ejemplo) hasta que la suciedad desaparezca. En caso necesario, se puede usar a su vez un poco de detergente de pH neutro o vinagre disuelto en agua, para evitar la corrosión. Una vez limpio, secar dicha superficie con otro trozo de tela suave. No se recomienda utilizar productos de limpieza abrasivos.
Para mantener el producto en condiciones óptimas y que su calidad perdure con el tiempo, se debe repetir este proceso una vez al mes, como mínimo.